La Nueva Estética
al servicio de la
Nueva Evangelización

El movimiento de renovación litúrgica y teológica del s. XX fue un intento de retornar a las fuentes de la vida cristiana e impulsar su actualización en la modernidad, buscando respuesta a tres realidades problemáticas de la época: la liturgia, la Iglesia y la Biblia. Existe en la actualidad un proyecto de renovación estética en el arte sacro en curso, que recupera modelos patrísticos, bíblicos, e iconográficos del pasado y los expresa de un modo nuevo desde el arte contemporáneo. Es la propuesta de una Nueva Estética del pintor español Kiko Argüello (1939- ), fundador del Camino Neocatecumenal junto a la licenciada en Química y teología Carmen Hernández (1930-2016), itinerario de iniciación cristiana que surge en los tugurios de los pobres en Madrid en 1964, en tiempos del Concilio Vaticano II y, que por la necesidad pastoral desarrolla una renovación artística al interior de la Iglesia Católica. Esta renovación se fundamenta en tres puntos axiales. Los dos primeros son de orden estético: la creación de nuevos espacios arquitectónicos y, la recuperación del icono para el arte Occidental. El tercer eje es de orden eclesial o espiritual, dado que la Nueva Estética ayuda a la configuración de una “aldea celeste” (la comunidad cristiana), que se nutre del arte y de la fe para su crecimiento.